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Explicación Cortita

Lo característico de la minificción o microrrelato, es su capacidad para disparar sugerencias múltiples en la mente del lector. Para ello se vale de la ambigüedad y de modos oblicuos de expresión, como la ironía, que apuntan a que lo que parece ser no sea, o no se sepa con seguridad si es o no es. De ahí que la paradoja y la parodia sean tan frecuentes. También lo es el doble sentido, en cuyo caso se acerca peligrosamente al chiste. En este límite, el trabajo con las palabras es lo que determina la diferencia".

Raúl Brasca.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Descubrimiento

Ilustración de Adriana Lucas
Olía a sexo. No importaba cuántas veces me bañara y me perfumara. Seguía oliendo a sexo. El olor me perseguía por cada rincón de la casa. Lavé las sábanas, las toallas, mi ropa. A cada instante me olía la piel, el pelo. Hasta las cortinas lavé, creyendo que los efluvios de nuestra noche de pasión -vino, saliva, sudor, semen, lágrimas- se habían impregnado en todos lados.Nunca me había sucedido algo igual. No es que me molestara mucho, al contrario,ese olor algo almizclado me erotizaba. Pero estaba el nene. No quería que se diera cuenta de nada. Aunque tal vez solo fuera sugestión y no se percibía ningún olor delator.
- ¿Te gusta este aromatizador que compré? Huele a jazmines ¿viste?- Sí mami, pero igual se siente el olor de Nemo. Se murió el sábado y descubrí que en la caracola de arriba de la tele, lo podía velar lo más bien. Lo tapé con los pétalos de la rosa del jardín. ¿Tres días serán suficientes,má?


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domingo, 18 de diciembre de 2011

Carnaval



Ilustración de Adriana Lucas

El recién llegado caminó un par de cuadras por el pueblo y creyó que estaban en Carnavales.
Los antifaces multicolores y el mismo tono en todas las vestimentas se lo hicieron creer.
Habló con el alcalde, buscando alojamiento. El viejo profesor de física que ahora ocupa la alcaldía, es el único que lleva el rostro descubierto y un traje sastre bien cortado.
Le dirá que no hay habitación disponible, que debe seguir su camino.
No puede explicarle que su experimento era casi un éxito: que se podría ir y venir en el tiempo. Nó hasta que encuentre la forma de liberar al pueblo de ese día de Carnaval de hace diez años, cuando logró que todas las frecuencias de las realidades paralelas convergieran en un mismo punto.
-Bueno profesor, entonces me alojaré en su casa, en la habitación del fondo y esta vez no aceptaré su negativa. Ah… no se preocupe, mañana será un día nuevo.

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lunes, 28 de noviembre de 2011

Caserío

Ilustración de Adriana Lucas
El anticuario vendía una polaroid del ‘70, poco uso, con propiedades mágicas. Sus fotos revelaban el alma de todo, decía. La vendía con la última caja de rollos del mercado. Me hizo gracia la historia que inventó para deshacerse de la cámara cuyo uso estaba limitado a la cantidad de película disponible. No obstante, el precio era relativamente bajo y la urgencia por conservar la hermosa vista del caserío donde había nacido mi padre, frente a mí, terminó de definir la compra.

- No derroche fotos -me había dicho el vendedor- resérvelas para las cosas realmente importantes. Con una sonrisa condescendiente me apuré a cargarla y a tomar la instantánea del lugar. Al observar la fotografía entendí de qué se trataba la magia. La casa de mis abuelos destacaba sobre las otras, estaba viva. El viento llenó mis ojos con el humo que salía de aquella chimenea y el olor a torta de chocolate me invadió por completo. El vendedor, experto, me acercó una silla y pañuelos descartables. Sin mediar palabra, le agradecí de corazón.
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sábado, 29 de octubre de 2011

Caminos

Ilustración de Adriana Lucas
- ¡Se fue por otro camino? - así me dice mi madre hija cada vez que me ahogo olvido buscando la palabra adecuada. Lo que ella no sabe, es que ese camino laguna está en mi infancia, donde mis muertos vivos juegan a la ronda, sin palabras estorbos que nos separen. Y que cada día me cuesta más volver.
- Lapsus. Así lo llamó el doctor, pero no es nada.


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lunes, 3 de octubre de 2011

Agreste

Ilustración de Adriana Lucas
Mientras dormitaba un poco, antes de almorzar, el dolor sordo en mi oído me recordó a Van Gogh. Pensé en los amarillos verdeazulados de sus obras y su estilo inconfundible. Lo busqué con la mirada en el libro postimpresionista que duerme en mi biblioteca.
De pronto, de un salto, fue a sentarse junto a la ventana donde aguardaba el atril con el lienzo en blanco. A una velocidad asombrosa mezcló algunos colores en su paleta y comenzó a pintar frenéticamente.
- Tengo que apurarme, solo tengo cinco minutos antes de que se note el cambio de la luz ¿Me hablaba a mí? – El paisaje agreste de esta comarca nunca volverá a ser el mismo y yo tengo que conservarlo, para cuando lleguen mis días sin sol – Yo lo observaba de espaldas, movía incansablemente las manos. Cuando tuve la certeza de estar soñando, dio media vuelta y sus ojos azules, profundísimos, buscaron mi aprobación - ¡¿Por favor?Ya estaba por contestarle cuando una mujer irrumpió en la habitación:
- Cinco minutos para almorzar Anita… pero… ¡pero mira que cuadro más bonito has pintado! ¿Qué es, el jardín de tu casa?
- C’est Arlés, madame!
- Ah, claro, sí. Bueno, déjalo allí y cuando vengan tus nietos les pides que te lo cuelguen, así alegras un poco estas paredes. Ahora apúrate que ya están todos en el comedor.
Ya sé que no puedo explicarles nada. Me tomarían por loca.

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viernes, 16 de septiembre de 2011

Pájaros en la cabeza

Ilustración de Adriana Lucas
Hace poco comencé a tener una sensación extraña, una suerte de no estar en este momento y lugar. Como de una estática distinta en el aire. A la vez, una necesidad de encontrar respuestas en lo sobrenatural, en lo desconocido. Me sentía fuertemente atraída por lo cerebral, las energías, las percepciones, los mundos paralelos y la mecánica cuántica. Desde entonces he visto videos, documentales, películas y series que trataban estos temas. La inversión de los polos, el tercer ojo, la electricidad cerebral, los agujeros de gusano, los sueños, las profecías apocalípticas, el lecho marino, la migración de las aves. Estaba al borde de la locura por la imposibilidad de evitar la inminente catástrofe cuando comenzó el dolor.
Primero fue en el pecho. Subió por los hombros, el cuello, la mandíbula y se instaló en los oídos. Iba, en recorrido sordo por mi dentadura hasta el otro oído y volvía, en latidos constantes, a través de las sienes. En lugar de suicidarme, fui a la guardia.
Luego de una breve revisión y un par de radiografías, concluyeron que tenían que operarme:
- Así te sacamos todos los pájaros que tenés en la cabeza – dijo un médico algo burlón. Hicieron el nido en la muela de juicio que todavía no salió y está inflamando el trigémino. Quedate tranquila que en una hora estás afuera.
Fueron dos horas, ayer por la tarde. Aún tengo la cara hinchada y algunos pájaros revoloteándome en la frente. En cuanto se aquieten, comenzaré a contarles algunas cosas que me dijeron.
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martes, 13 de septiembre de 2011

Fenómenos

-No es lo mismo trabajar de fenómeno de circo que trabajar en un circo fenomenal – repetía el payaso al domador, ensayando sus nuevas líneas antes de entrar. El veterano de nariz roja, risa eterna, zapatos rotos, ya no hacía reír a nadie. Su época de esplendor había pasado. Hoy necesitaba a la bailarina como muleta para llamar la atención.
Y ella… ella tampoco era la misma que comenzó luciendo colorido plumaje en la comparsa local; la que se robaba las miradas de los hombres y mujeres que envidiaban su estilo. Hoy necesitaba al payaso ramplón para hacer un número que medianamente justificara su existencia.
Cada uno, por lados opuestos del circo, entró a escena saludando al público y en el instante en que iba a producirse el previsto choque, un niñito del público les gritó “¡Cuidado, que se pueden chocar!”. Ambos se detuvieron a observar al niñito que sonreía aliviado.
Dando un paso a la derecha, continuaron la función con una sonrisa real y las esperanzas renovadas.
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miércoles, 24 de agosto de 2011

Registro


Cuando Tweety se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró liberado de su jaula y convertido en un triste pájaro azul. Creyó que era un sueño, pero cuando se vio reflejado en los ojos de Silvestre, sintió que todo era muy real.
Ya se daba por perdido cuando, en el mismo cristalino en que estaba su reflejo, su amigo Héctor venía en su ayuda convertido en leopardo. Quiso advertirle “Me parece que vi un lindo gatito”, pero en ese instante escuchó: “¡Corten! Los abogados no arreglaron con los derechos de autor. ¡Todos a maquillaje!".

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sábado, 20 de agosto de 2011

Reflejos


El leopardo vio al pájaro azul y pensó que sería un buen bocado para sus crías. El gato negro, en cambio, pensó que sería ideal para su cena. Ninguno de los felinos se extrañó por que el ave no huyera mientras se abalanzaban sobre él. A una distancia prudencial, un audaz aficionado tomaba la mejor fotografía sobre improvisación animal. Estaba entre las últimas de una veintena que se encontraron en la abandonada cámara digital.
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lunes, 1 de agosto de 2011

Borrón y cuenta nueva

Acabé por eliminarla. La borré de mis contactos. ¿De qué me valía verla a diario, si en el fondo sabía que jamás correspondería a mis sentimientos? Recuerdo su sonrisa al decirme “solo muerta saldría contigo”. Ayer hizo un año desde aquel fatal accidente del día después. Un año es mucho tiempo para esperar por alguien. Ahora pienso que estaba siendo sarcástica.
Y tú, ¿qué dices Anita, saldrías conmigo a tomar un café?


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martes, 26 de julio de 2011

Q

Acabé por eliminarla. Empecé por ella pero terminé con todas. Todo empezó esta mañana.
Un fideo de letra, la Q más precisamente, estaba adherida al barral de mi cama, dándome la espalda, como si estuviera escabulléndose del envase donde convivía con el resto de las letras. La apoyé sobre mi mesa de noche pensando en cómo llegó hasta allí desde la cocina, atravesó la sala, el pasillo y trepó la pared hasta mi cama.
Decidí dejarla ahí. No fuera a ser cabecilla de un movimiento rebelde y si le hacía algo, se me vendrían los abecedarios completos, desde la alacena, a torturarme en la noche.
No, así tampoco podría dormirme. Acabé por eliminarlas.
Todas las Q de las dos cajas desaparecieron por el vertedero. Eso sí, no pude formar ninguna palabra con ella en este relato. Los lectores sabrán comprender: las decisiones drásticas tienen sus consecuencias.

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miércoles, 20 de julio de 2011

La espera

Todo estaba tal como lo dejaste. No me animaba a tocar nada por temor a que volvieras en cualquier momento y notaras que había ordenado tus cosas.
Las noches sucedían a los días y éstos a las noches y yo seguía esperando.
Hasta que una fuerte ráfaga arrastró las flores secas desde el jardín hasta el garage. Entonces supe que el momento había llegado: me armé de coraje y salí a verte. El césped ya crece parejo sobre tu sepultura, al lado de la de nuestro pobre Scooby. Ya puedo recoger toda tu basura y continuar con la vida.


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viernes, 27 de mayo de 2011

Impasse

Uno de los guiones de sol que se filtra por la persiana cae sobre mi párpado derecho en el instante en que estoy soñando que me pierdo en un lugar oscuro y alguien llega alumbrando con una linterna que se transforma en una luz cálida que me hace parpadear. La única neurona despierta activa la alarma del razonamiento y todas las demás se vuelven locas… ¿cómo el sol? Si el sol recién sale cuando yo estoy llegando al trabajo después de dejar al nene en el colegio y haber dejado las camas tendidas, después de preparar el desayuno luego de haber levantado al niño tras llamarlo cien veces… apurate que llegamos tarde y yo ya estoy a medio vestir y me arreglo el flequillo con cepillo y secador y hace diez minutos que sonó este despertador… ¿¿las 9:30?? Salto de la cama como resorte para ver que el niño duerme a pierna suelta y mis cálculos mentales precafeína demoran cinco segundos más de lo habitual en concluir que mínimamente demoraría otra media hora para hacer lo indispensable y de todos modos llegaría tarde a todos lados para encontrarme con las consecuentes caras de incredulidad cuando les diga que me quedé dormida porque puse el despertador para más temprano para poder dejar listo el posteo donde digo que necesito un respiro, un impasse, porque no me alcanza el tiempo para hacer todo lo que tengo que hacer y que no puedo pensar ni escribir ni comentar ni visitar a los amigos ni nada. No, no me van a creer. Mejor llamo y digo que estoy enferma. Que cuando me recupere vuelvo.
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miércoles, 27 de abril de 2011

Acto Final

La mancha de sangre en la seda de su kimono ya llegaba a las rodillas.
La última lágrima cayó sobre su propio pecho. Le pintó un sol rosado, como el atardecer de ese verano en que el seppuku la liberaría de la deshonra y el dolor.
Estaba serena, como siempre, cuando lo escuchó gritar su nombre en la distancia: “¡Butterfly! ¡Butterfly!”.
Solo entonces dejó que la curva leve de una sonrisa iluminara su muerte.

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viernes, 15 de abril de 2011

Amnesia

En un lugar de la mancha descubrió finalmente el nombre que no podía recordar: Beatriz. Y el sonido de su imagen desplegó ante sus ojos, sobre la misma mancha, los destellos tornasolados de su historia. Desde el comienzo de los siglos, hasta el momento en que, por haberla matado, fue encerrado en la celda del olvido.
Y entonces lloró -aún sabiendo que las lágrimas no rescatarían el mundo perdido- hasta quedarse otra vez vacío, frente a la musgosa mancha de humedad.

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martes, 12 de abril de 2011

Monstruos

No le gustaba lo que veía a diario en el espejo. Ese día decidió entrar para hablar con ella, para persuadirla de que dejara su odio de lado y se decidiera a perdonar. Pero al hacerlo, solo logró que ese odio se multiplicara en mil fractales y se incrustara en su carne hasta casi desangrarla. Ya pasó mucho tiempo de aquello. Hoy concluye que valió la pena. Ahora la mujer del espejo ya no siente odio por quien la abandonó: ahora comprende que nadie podría amar a un monstruo como ella.

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sábado, 9 de abril de 2011

Funeral


La cruz de plata sobre mi frente me sumerge en un letargo donde las caras de mis muertos aparecen en el humo del incienso que otros esparcen sobre mí.
Los grifos alados que custodian el castillo real, levantan vuelo desde el escudo donde están prisioneros y acuden en mi ayuda. Me soplan al oído la nana de mi madre para que me duerma pronto, para que no sienta el fuego chamuscándome la carne, para que no vomite en esta balsa improvisada donde quedarán mis cenizas, para que el viento las lleve de vuelta al tiempo en que mis ancestros construyeron el Reino de Aragón.
Reino que hoy quedará huérfano, porque los que me creen muerto aún no descubren la jeringa debajo del sofá.

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jueves, 31 de marzo de 2011

Ambición


Cuando Maia despertó en la cama del director del ballet, sola y convertida en una araña, entendió que la red que había tejido para ser elegida primera bailarina acababa de romperse por lo más delgado del hilo, exactamente el lugar donde estaba.
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domingo, 27 de marzo de 2011

Prueba real

- Es la princesa, no hay dudas. ¡Finalmente hallamos a la consorte real para el príncipe! Le hicimos la prueba del guisante y resultó positiva, su majestad. Además, tiene todo el porte, la elegancia y la belleza que su majestad pretendía.
- Humm… no sé… tráiganla aquí y déjennos solos; ya les diré mi decisión.

El príncipe Felipe vio entrar a Jessica Rabbit vestida como una verdadera princesa. La tomó de una mano y le hizo dar una vuelta sobre sí. Luego de mirarla con admiración de arriba abajo, la besó apasionadamente mientras le susurraba: todo salió a la perfección, estuviste magnífica, estás hermosa mi amor. No, no se dieron cuenta de nada. No hay de qué preocuparse, Aurora seguirá durmiendo por mucho, mucho tiempo más.
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jueves, 17 de marzo de 2011

Frío

Yo sabía que ese espejo era un portal de entrada a otra dimensión. A veces, cuando me miraba en él, percibía como una onda a mis espaldas, como una ráfaga que quitaba el polvo de las cosas y dejaba todo más brillante.
Nunca me había animado a tocarlo, pero podía sentir un calor que emanaba de él al acercar mis manos.

Curiosa por naturaleza y atenazada por el duro invierno y el hambre de la guerra, decidí probar mejor suerte cruzando al otro lado.

Primero probé con una mano, que saqué rápidamente comprobando que había tomado un leve color rosado y estaba tibia.
Pensé que en aquel lugar definitivamente no hacía frío y seguramente tendrían comida. Crucé de un salto.

No podía definir el lugar, pero allí no tenía hambre, ni sed, ni frío. Solo una sensación de paz y bienestar.
Al volverme hacia el espejo, me asombró ver a una niña parecida a mí recostada en el suelo, cubierta de escarcha.


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jueves, 24 de febrero de 2011

Inevitable

Sigue teniendo esa cara de buena gente con la que me conquistó. No es que esté mal, pero a veces no se puede complacer a todos.
Él no podía resistirse. Lo supe cuando, después de decirle que había leído su intercambio de correos con Lucía, con su mejor cara de cordero degollado y muy convencido, me dijo “no lo pude evitar”.
Estuve ensayando esa misma expresión para cuando la policía baje de la terraza y me pregunte por qué se suicidó.
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martes, 22 de febrero de 2011

Caminos


Iba recogiendo el polvo del camino con el ruedo del abrigo. Eso le dijo. Pero ella sabía que iba dejando huella para que lo siguiera, para que lo encontrara -por casualidad- en el claro del bosque.
Iba recogiendo moras para preparar el licor. Eso le dijo.
Pero él sabía que iba siguiendo su rastro. Podía sentir su olor a hembra en celo, atraída por el almizcle de su entrepierna.
Cuando estuvieron muy cerca el uno de la otra, en el claro del bosque, ella se llevó el abrigo para lavar y él las moras para el licor.

Mañana… quizás mañana se animaran a más.

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martes, 8 de febrero de 2011

Devoción


Hace un par de meses llegó al monasterio, el monje que estábamos esperando. Su aspecto era corriente pero muy carismático. Había amabilidad en sus palabras y en su mirada, sus gestos eran pausados sin ser solemnes. No había mentido cuando dijo que poseía el don de lenguas: pasaba la mayor parte del tiempo susurrando oraciones ininteligibles.
Una noche, el tono monocorde de sus plegarias había cambiado. Parecía estar con alguien en su habitación, contigua a la mía. Si bien no comprendía qué decía, su tono hacía suponer que pasaba por un tormento. Pensando que tal vez estaba enfermo, fui a su cuarto y divisé la puerta entreabierta. No pude evitar mirar a través de ella.
Sentada en el suelo, con las piernas cruzadas, semidesnuda, encerrada en una especie de triángulo de luz, se encontraba una mujer –ahora lo notaba- realizando un rito extraño que iba subiendo de tono e intensidad conforme sus manos unidas en plegaria subían desde su vientre hasta su cabeza con movimientos sinuosos.
Yo caí de rodillas, hipnotizado. De pronto pude entender lo que decía. El momento del despertar de su Kundalini había llegado. Y el de mi iluminación. Desde entonces, todas las noches me instruye en el tantra y durante el día oramos en lenguas. Tal fervor hizo que nuestro superior solicitara otro monje al monasterio vecino. La estamos esperando.

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miércoles, 2 de febrero de 2011

Clónica

Durante meses mantuvieron con vida artificial a su esposa, clonada de tercera generación, con la esperanza de identificar al gen que le provocaba vejez prematura. Fallaron una vez más.
Aún les quedaban dos vidas para descubrir que el origen del mal no era de genes, sino de gente. La que la rodeaba.

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martes, 25 de enero de 2011

Galatea de los mares


Todos sabían que al rey Pigmalión le molestaba el temperamento histérico de las mujeres, sobre todo si éstas no eran hermosas. Nadie se extrañaba que pasara sus días esculpiendo a su mujer ideal: una preciosura de mármol blanquísimo a la que llamó Galatea. Solía hablarle a la piedra cual si fuera su dócil amada. No pocas veces yo, que lo asistía, temí por su cordura.
Una vez finalizada su magnífica obra, el rey sintió que la amaba con pasión y rogó a los dioses que insuflaran vida a su estatua para que terminara con la soledad de sus días. Yo también rogaba.
Finalmente se apiadaron de nosotros y Galatea cobró vida.
Tal era la alegría que sentíamos los tres, que fuimos a agradecer a los dioses a la orilla del mar. Galatea no dejaba de alabar a su amo y Pigmalión no cesaba de elogiarse a sí mismo por tal perfección.
Después de la primera zambullida de los amantes, comprendí que mi ruego también había sido escuchado.
Mi padre nadaba convertido en un enorme y tosco cetáceo y Galatea volvía a ser una estatua, pero de oscuro bronce y con cola de pez, encallada para siempre en los acantilados. Y yo, agradecí a los dioses el comienzo de mi nueva vida.

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miércoles, 19 de enero de 2011

Virgen


La teoría se la sabía al dedillo. Su madre ya le había explicado todo lo necesario para esa noche.
Pero al momento de ponerlo en práctica, no contaba con que la correctora, mujer del escritor, fuese tan puritana.
Ahora no sabía cómo proceder con esa túnica blanca encima, con un agujero en la entrepierna y otro en el ombligo.
Ya estaba por sacársela cuando los escuchó detrás de la puerta. Su flamante marido hablaba con una mujer en un tono muy íntimo: “no te vayas amor, en diez minutos acabo este trabajo y estoy contigo”.
Pero ¿qué estaba sucediendo?
-Ay mi vida, pero ¿cómo te han puesto esa bata?- le dijo con ternura. - Ven, quítala… la cabeza va por aquí. Así. Bueno, ¿Te has decidido ya? ¿Qué hacemos… caoba… castaño? Tu pelo virgen tomará muy bien cualquiera.
Bien, la historia continuaba. Porque los hombres no las prefieren rubias.

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domingo, 16 de enero de 2011

Letra chica

En la pantalla está Animal Planet, sin sonido. Los buitres observan la debilidad de su presa, que lucha por sobrevivir, y saben cómo revolotear sobre ella hasta agotarla y, tal vez, vencerla. Los lobos, al mismo tiempo, huelen su miedo y la acechan desde lejos, pero siempre haciéndose notar, para poder controlar a los buitres y a su presa a la vez.
Tendría que tomar decisiones cruciales durante ese fin de semana. Los abogados se fueron, dejándole media docena de carpetas, no sin antes expresarle sus efusivas condolencias y ponerse a su enterísima disposición.
Puso a hacer café, apagó la TV y los teléfonos y se acomodó en el sillón grande, frente a la mesa ratona donde quedaron las carpetas. La simple ojeada a tanta letra chica le dio un poco de miedo. Sin darle mucha cabida a ese temor, comenzó por el principio: buscó sus nuevos anteojos de leer.
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viernes, 7 de enero de 2011

Cuestión de Tiempo



"Sentía que necesitaba más tiempo. Ese fin de año desafió las leyes naturales y a la hora del brindis, en lugar de tomar las doce pastillas, una con cada campanada, duplicó la cantidad y las tomó juntas con una buena copa de extra brut. Un leve rictus de decepción se dibujó en sus labios mientras saludaba a sus compañeros de brindis, quienes expresaban los mismos deseos de buena vida de siempre. Nada estaba cambiando. Se acomodó en un sillón, copa en mano y meditó sobre la falibilidad de las leyes naturales. Sospechaba que esas pastillas no contenían un mes, ni había que tomarlas, forzosamente, una por una al principio de cada año. Pensó que no eran más que un ardid de su inventor para ganar dinero. Él tendría que seguir corriendo para poder hacerlo todo y acabaría tan agotado como se sentía entonces.
Oyó que lo llamaban desde lejos. Quiso abrir los ojos pero sus pestañas le pesaban como barrotes. Sintió que le quemaba la mano que acababa de romper la copa. Un vértigo insoportable se apoderó de él. Su mente apenas reconocía palabras sueltas. Sobredosis. Tiempo. Estrés. Locura. Alcohol. Inconsciente. Emergencia. Shock. Coma.
Luego nada. Todo había desaparecido. Solo pudo rescatarse lo que quedó grabado en el chip negro con el código holográfico que todos llevamos en el occipucio y que, por suerte, el líder se apresuró a desprenderle en el minuto final.”
Sobre la historia de Jacques se escribió “El empleo del tiempo” que usted acaba de adquirir.
Le recordamos que, para una mejor visión estereográfica, la obra hologramada debe escanearse mediante su retina izquierda, a un nanomilímetro por segundo.
Su compra ayuda a mejorar la especie. Precio de tapa: doce días, tres horas y cuarenta minutos.
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